sábado, 16 de julio de 2011

¿y de profesión? Wasabista.

Hace días, bueno, quizá un poco más (bastante más) que no actualizo esta cosa que abrí con intención de que fuese diaria o, al menos, semanal, pero claro mi constancia brilla por su ausencia, como siempre, lo dejo todo a medio hacer. Pero ya llevo unos días, más bien semanas, pensando qué hacer, qué regalarles por su amistad, su cariño, su entrega, día a día, durante todo un año.

Sin apenas conocernos de nada hemos entablado una amistad que pocos podrían entender. Totalmente diferentes los unos de los otros y, aún así, inseparables. Cada uno tenemos nuestras cosas, nadie se salva de manías, genio o rarezas, pero lo que de verdad une a las personas es eso, la diversidad y creo, sinceramente, que a diversos no nos gana nadie.


Me acuerdo en la primera cena, sí, en la del barullo, que ahí ya nos preguntaron: “¿os conocéis de antes, verdad?”. Recuerdo nuestras caras de asombro y, aún así, me sentí orgullosa de que nos confundieran con un grupo de amigos consolidado, fuerte y formado hace bastante tiempo. En ese momento, puede sonar a broma o tonto, supe que todo eso era de verdad, un grupo de los que puedes llamar a las 3 de la mañana sin importar nada, de los que te puedes ir a hacer un picnic un día cualquiera y que se te pase el tiempo volando, de los que te puedes ir un día al cine y al siguiente a una mascletá, de los que te puedes ir 4 días de viaje a Barcelona o 3 a Madrid, de los que perfectamente hacen cola para conciertos y los viven como si fuesen los últimos que van a ver, de los que lloran mientras escuchan una de las canciones que mejor nos definen, de los que te hacen llorar a las 2 de la mañana o reír a las 12 de la noche, de los que te quedas despierta con ellos viendo películas hasta que se hace de día o haces un maratón friki solo por disfrutar de momentos, como ya he dicho antes, inolvidables.

Todo eso no hubiese pasado si ninguno de nosotros hubiese elegido esta carrera. Es raro tener que darle las gracias a una carrera, aún cuando no nos ha hecho pasar por los mejores momentos, los agobios y los trabajos eran una constante, pero gracias a ella nos unimos más, trabajamos juntos y sobrellevamos mejor el peso de un primer año lleno de asignaturas que poco tienen que ver con la carrera en sí pero que, cada uno, con sus habilidades, hemos ayudado a los demás en lo que fallaban en un principio y acababan por coger el “truco” al final.

Amaia, Aurora, Javi, Judit, Laura y Silvia.

Éstos son los nombres de las personas que me han hecho llevadero el curso de primero de Información y Documentación. Y no sólo eso, han hecho que confíe en ellos con solo conocernos meses, han hecho que les cuente mis “penas” y mis alegrías. Me han hecho escribir. A mí, que tanto me cuesta expresarme mediante palabras, me tienen usando la poca imaginación que tengo para divertirnos juntas. Me han hecho contestar preguntas comprometidas en días que esperábamos desde hace semanas y, en vez de pasarlos bailando en una discoteca, los pasamos haciendo el tonto y riendo en un parque, cosa que no cambio por nada del mundo.

Parece que me hayan obligado a hacer todas esas cosas, pero no es así. Las hice porque quise, porque no importa dónde estemos ni qué es lo que hagamos, siempre que lo hagamos juntas y eso, únicamente eso, es lo único que importa.


Soy consciente de que este año ha sido el primero y el último para muchos en clase y unos cuantos en el grupo. Es complicado mantener una amistad que ha empezado hace no llega a un año, pero no por eso es imposible. Unos se irán a trabajar, otros a otra ciudad, otros a la facultad de al lado y otros seguiremos cursando la carrera que nos unió. Y porque los caminos que escogemos nos vayan a separar no quiere decir que dejemos de vernos siempre, que no quedemos un fin de semana o que no nos vayamos de viaje juntos de nuevo. Eso significa que tendremos que esforzarnos más que, ya que creemos en nosotros mismos, vamos a creer que esto es para siempre, que si nos confundieron con un grupo de toda la vida, puede que sea así, que sea para toda la vida.

Yo pienso luchar por ello, ¿y vosotros?